viernes, 18 de agosto de 2017

OFTALMOLOGÍA INFANTIL



El ojo vago o ambliopía es uno de los problemas oculares más frecuentes en la oftalmología infantil, si bien se trata de una condición médica que también afecta a los adultos. En este post vamos a dar un breve repaso a este déficit de agudeza visual, aludiendo a sus causas, síntomas y tratamientos, entre otros aspectos prácticos.

Con la expresión ojo vago o ambioplía nos referimos al problema visual que ocurre cuando un ojo sano tiene una agudeza visual disminuida. En niños, se trata de una de las alteraciones visuales más frecuentes, provocada en muchos casos por un estrabismo.



Los ojos bizcos o estrábicos (ojos desviados), en efecto, son la causa más común, y en estos casos, es frecuente que coincida con la condición de “ojo perezoso”, denominación que obedece al hecho de que dicho ojo ceda su función al otro.

Además de las ambliopías estrábicas, se pueden producir por diferencia de graduación entre uno y otro ojo (anisometrópicas) y/o por deprivación, es decir, cuando un ojo es ocluido por distintas razones, como ocurre tras una intervención oftalmológica.

También puede producirse como consecuencia de una graduación elevada, sobre todo cuando se combinan hipermetropía y astigmatismo. Otras causas, por ejemplo, pueden ser el movimiento nistagmo (vaivén de los ojos constante e involuntario) o alguna lesión microscópica en la mácula, la parte de la retina gracias a la cual percibimos el detalle de lo que vemos.



La falta de coordinación entre los dos ojos, los problemas para estimar las distancias y los relieves de forma correcta o la visión deficiente de un ojo son algunos de los principales síntomas de la ambliopía.

También puede sufrirse visión doble, posiciones anormales de la cabeza, inclinación de la misma y padecerse tortícolis.

El oftalmólogo u óptimo optometrista realizará un examen completo de la visión y en la mayoría de los casos se detecta fácilmente. Cuanto antes se diagnostique el ojo vago, más fácilmente se logrará su cura, y del mismo modo no debe interrumpirse el mismo, pues se corre el riesgo de perder los avances logrados.
En los niños, el examen puede realizarse desde muy temprana edad. Es más, se recomienda hacerlo antes de los 3 años de edad. Tras descartarse un problema refractivo, se realizan distintos tests como el de biprisma de Gracis, el test de preferencia visual de Teller o el test de dominancia ocular.


El tratamiento idóneo no solo tratará la agudeza visual, sino otras alteraciones añadidas, como el error refractivo o el estrabismo, pudiendo darse ambos a la vez.
En los pacientes estrábicos, la agudeza visual será independiente del ángulo de desviación y, por poner otro ejemplo, el miope necesita mayor error refractivo para producir una ambliopía que un hipermétrope.
Con la corrección del error refractivo se conseguirá una imagen retiniana nítida que ayude la cura de la ambliopía. Sin embargo, hay que tener en cuenta que incluso con la mejor corrección refractiva puede seguir produciéndose la falta de agudeza visual.
Estos y otros son pormenores que el oftalmólogo deberá valorar, y que aquí expuestos nos dan una idea de hasta qué punto se trata de un problema que pude resulta de mayor complejidad.


En términos generales, cuanto antes se diagnostique y trate la ambliopía, más fácil será su cura, a ser posible durante la niñez. Idealmente, recibir tratamiento antes de los 5 años permite una cura completa. En caso contrario, por lo general, la recuperación de la visión será solo parcial.
Tras la corrección de otras afecciones oculares que pudiera causar una visión deficiente en el ojo ambliope (pueden necesitar lentes), se procederá a realizar un tratamiento específico a la medida de las necesidades de cada paciente.


La aplicación de un parche en el ojo vago para contrarrestrar el predominio del “ojo bueno” o cirugías cuando hay problemas en los músculos oculares, por último, se puede combinar con una terapia visual a través de ejercicios, así como aplicar uno u otro tratamiento.
Siempre será el oftalmólogo el encargado de valorar el problema y determinar el tipo de tratamiento idóneo.

OFTALMÓLOGO ESTEPONA

 

 

 

 


 

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